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incendio eléctrico

El incendio eléctrico y la protección contra el fuego

El incendio eléctrico es uno de los peligros más graves a los que deben enfrentarse los técnicos de electricidad y los profesionales de la construcción. En este artículo vamos a mostrarte algunos de los riesgos más importantes. También te mostraremos medidas de prevención y te explicaremos cómo evitar la propagación del fuego gracias a la estructura de los edificios.

Comprender el riesgo real de un incendio eléctrico

Hay varias causas capaces de provocar un incendio a causa de la electricidad. Una de las más habituales tiene que ver con las sobrecargas eléctricas. Cuando un cable que no está preparado recibe una tensión superior a la que es capaz de soportar, la temperatura aumenta paulatinamente hasta que la instalación comienza a arder. Esto también puede suceder debido a cortocircuitos.

Otra situación muy peligrosa tiene que ver con las conexiones y empalmes de cables. Estos últimos están prohibidos en España, no obstante, es común encontrarlos en instalaciones antiguas. Cuando estas conexiones no se realizan de forma correcta y los contactos quedan sueltos, puede producirse un incendio eléctrico por la misma razón que lo que explicábamos en el punto anterior.

Incluso aunque se cuente con cables de grosor suficiente, si estos no están en contacto de forma completa, en su parte final se sobrecalentarán y causarán un problema serio. Pero no por ello siempre los errores humanos están detrás de este tipo de incidentes.

Otras veces, son los propios materiales y equipos los que no cuentan con el nivel de calidad necesario. Aunque todos los productos que se comercializan en Europa deben estar homologados, hay diferentes gamas dentro de cada marca. De hecho, no es raro encontrar productos de gama baja en instalaciones modernas. Esto, a largo plazo, puede ser arriesgado, ya que, aunque hayan superado las pruebas exigidas, su durabilidad no se puede asegurar en esas pruebas.

Medidas para prevenir el incendio eléctrico

Si tomas las medidas preventivas adecuadas, puedes reducir el riesgo de un incendio de forma muy significativa. En primer lugar, es fundamental que tanto tú como el resto de los miembros de tu equipo contéis con la capacitación adecuada para llevar a cabo el trabajo.

Conocer los riesgos laborales a los que os enfrentáis y saber identificar los peligros de una instalación son aspectos cruciales del trabajo. También es necesario optar por materiales y equipos de alta calidad. Ahorrar un poco de dinero en estos productos puede hacer que el coste de los trabajos se reduzca ligeramente, pero es vital exponer a los clientes la importancia de optar por la gama alta.

Por último, se debe explicar la importancia de llevar a cabo inspecciones periódicas de toda la instalación. Aunque esto no se refleja en la normativa, como hemos explicado, resulta vital controlar que todos los interruptores, enchufes y magnetotérmicos de la instalación están en perfecto estado.

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Protección pasiva contra incendios

La protección pasiva contra incendios (PPCI) hace referencia a todas las medidas que se toman por parte de los técnicos a la hora de diseñar una estructura. En España, los requisitos mínimos para la PPCI vienen reflejados en el CTE (Código Técnico de Edificación), pero es posible incrementar estas protecciones para dificultar que se produzca y, sobre todo, que se expanda cualquier fuego eléctrico por todo el edificio.

Para hacer más sencilla esta tarea existen empresas especializadas que se encargan de evaluar todos los riesgos. Después, se adapta la estructura con todo lo que se necesita para evitar la propagación.

En función de las necesidades, estas empresas pueden optar por usar materiales ignífugos tanto en las paredes como en los suelos y los techos. Los aislantes también juegan un papel importante, ya que no todos tienen la misma resistencia al fuego, y lo mismo sucede con el yeso laminado y otros materiales empleados para hacer trasdosados.

A la hora de evitar la expansión de los incendios también se puede optar por sectorizar los espacios. De esa forma, se puede aislar el fuego en una sola estancia. Esto es especialmente importante en instalaciones donde el riesgo de incendios es elevado. Para ello, se pueden instalar puertas cortafuegos que se cierren de forma automática si salta la alarma, ya que suponen una protección contra el fuego muy efectiva.

En ocasiones, hay un enemigo todavía más peligroso que el propio fuego: el humo. La inhalación de gases tóxicos tiene consecuencias muy graves, pero se puede evitar, o minimizar, si se emplean sistemas de ventilación que extraigan los gases al exterior.

Por lo tanto, la prevención del incendio eléctrico y la protección pasiva frente a estos siniestros es fundamental para garantizar la seguridad de las estructuras. Contar con revisiones periódicas y optar por la instalación de materiales de calidad puede reducir significativamente el riesgo de que una instalación eche a arder.

Además, gracias a las buenas prácticas constructivas, como el uso de materiales ignífugos o la sectorización de incendios se puede evitar la rápida propagación del fuego por todo el edificio.